martes, 25 de mayo de 2010

DISCO DE JAZZ: Staright Ahead (Hadley Calliman)

Straight Ahead (Hadley Caliman)

El nombre de Hadley Caliman no es uno de los mas reconocidos en la escena del jazz aún habiendo participado en tours y en sesiones de grabación con nombres como Freddie Hubbard, Gerald Wilson, Carlos Santana, Elvin Jones, Hampton Hawes, Joe Pass, The Grateful Dead, Don Ellis o Bobby Hutcherson. En su segundo disco después de 31 años sin grabar como líder, llega “Straight Ahead”, una grata sorpresa en la carrera de este veterano tenor.
Cuando uno revisa la lista de temas de este disco, advierte inmediatamente que hay solo 2 temas que no son conocidos; el resto forma parte del gran acervo extendido de los standards del jazz y supone que en su retorno, Caliman (ts), corta por lo sano, no arriesga nada e interpreta temas “digeribles” para todos y fáciles para el escucha de jazz. Desde ese punto de vista, la afirmación es parcialmente correcta, pero implica un riesgo enorme: por ejemplo, luego de escuchar “Lush Life”, la excelsa balada de Billy Strayhorn en la apoteótica, gigante e inmortal versión de John Coltrane ¿Qué puede hacer Caliman y su banda formada por Thomas Marriott (trompeta) Eric Verlinde (piano) Matt Jorgensen (batería) Phil Sparks (contrabajo) para darle un cariz distinto al tema y no caer en la comparación con la versión de Trane? Esto podría también extenderse a temas como “Totem Pole” de Lee Morgan, súper standards como “You Leave Me Breathless” o “The Night Has a Thousand Eyes” interpretados infinidad de veces, o el tema de Harold Land, “Rapture”. La respuesta a esta pregunta, en manos de Caliman y sus muchachos tiene una simpleza demoledora: tocar bien sin ninguna pretensión extraña. Esa es la magia del disco; si se toca muy bien, con fuerza, ganas, creatividad y prestando atención siempre a la melodía y armonía junto al espíritu que subyace en cada tema, es muy raro que algo salga mal. Y si a eso se le agregan dos fantásticos originales, “Cigar Eddie” de Caliman y “Cathlamet” de Marriott, se me despejan todas las dudas respecto de este disco excelente. El primer mérito de Caliman, a sus 78 años, es dejar para sus colegas jóvenes como Redman o Carter la explosividad y dedicarse a tocar lo justo en tiempo y ajustado a la melodía de cada tema, sin desmedro de la capacidad de improvisación ni de la calidad en la interpretación. El segundo mérito es haber reunido una banda que cumple a la perfección su trabajo en todo sentido. Marriott es un gran trompetista con un estilo muy cálido y amable; la compañía ideal al tono íntimo de Caliman. Verlinde da una gran base rítmica con el piano y aporta el fuego donde se “cocina” la interpretación del duo tp / ts, junto a la compacta labor de Sparks y Jorgensen, dando un trío de base impecable. El tercer mérito (compartido con Marriot, productor del disco) es la exquisita selección de los temas, incluidos los originales. Por donde se mire, el disco es balanceado y la música seleccionada es hermosa, de lo mejor que se ha producido en el jazz. El único punto cuestionable es la duración del disco; en una época donde los discos se extienden mas allá de los 60 minutos, aquí nos encontramos con casi 40 (al modo de los viejos lp’s de vinilo), es corto y deja con ganas de mas; tal vez este sea el último mérito del disco: al ser relativamente breve no provoca cansancio auditivo. Mucha atención con este disco; es mi primera elección como disco del año, lo recomiendo a todo aquel que tenga oídos para escuchar y me parece ideal para aquellos que quieran empezar a experimentar ese extraño y fascinante sonido llamado jazz.


Alberto “Tano” Rosso

Hadley Calliman y su quinteto

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